El Arte como Trascendencia de lo Cotidiano

Arquitecto – Escuela Paris-villemin, Paris. Diploma de fin de estudios en colaboracion con el CNES (Centro Nacional de estudios espaciales):
La arquitectura en microgravedad Post-titulo en gestion de Patrimonio y Restauracion, Universidad de la Republica.

El Profesor Godoy destaca como pintor, las pinturas de Leonardo Godoy Mühsam, aunque trabajadas durante mucho tiempo, acumulando sucesivas capas de colores y pigmentos -aplicadas directamente sobre lino crudo, sin la más mínima preparación- parecen eternamente inacabadas.

De repente pensamos en Balthus: “Veo a las adolescentes como un símbolo. Nunca podría pintar a una mujer. La belleza de la adolescente es más interesante. La adolescencia encarna el futuro, siendo antes de que éste se transforme en perfecta belleza. Una mujer ya ha encontrado su lugar en el mundo, un adolescente no. El cuerpo de una mujer ya está completo. El misterio se ha ido”.

No es que Leo produzca “cifras”. Lejos de la. Pero sentimos en él esta negativa a terminar, esta negativa a terminar, esta negativa a revelar el misterio. De ahí la importancia, siempre para él, de las series. Serie en la que cada elemento es un pasaje, un momento, un instante de pensamiento y acción. Ciertamente, cada cuadro es autónomo, tiene su propia realidad, pero cada uno prolonga el anterior, anuncia el siguiente...

Con siempre recurrente esta acumulación de capas, como para atrapar mejor la luz, capturarla, someterla, hacerla ir y venir, de modo que no sepamos si esta luz ilumina, revela el lienzo o si, en el futuro, al contrario, surge de él. Allí se organizan cruces, trayectorias diluidas en una temporalidad y un espacio indistintos e inciertos. No inmóvil, sino esquivo. El resultado son campos radiantes de colores, entrelazados y al mismo tiempo autónomos, de los que parecen surgir olores, sabores, rumores, ritmos y coreografías infinitas.

De este aparente desorden, de esta aparente obsesión por velar lo visible, surgen sin embargo masas, formas, temporalidades, escansiones, huellas, líneas de fuerza que estructuran el espacio con fuerza y ​​sensibilidad.

¿Y si, más allá de la materia y el color, la figura y la abstracción, fuera precisamente el espacio lo que mejor calificara la obra de Leonard Godoy Muhsam? Es más, Roberto Matta apodó a Leo “el espacio”.

Nadie escapa a su destino. Leonardo Godoy Muhsam es ante todo, y por encima de todos los demás estudios, arquitecto. Obviamente, aprendió la lección del gran arquitecto revolucionario francés Claude-Nicolas Ledoux: “La arquitectura abraza al espectador en la seducción de lo maravilloso”.

Evidentemente, una vez más, para él la concepción formalista, el estilo, no son en modo alguno recurrencias formales, sino más bien una forma misteriosa y activa, de la que no sabemos si se trata de una experiencia trágica, de un espacio orgánico o simplemente del deseo de vivir. Mezcla emoción, imaginación y pensamiento.